Aunque tradicionalmente se ha considerado que el trabajo que se desarrolla en oficinas y despachos es un trabajo seguro y con un bajo riesgo de sufrir algún percance, la realidad es que los accidentes ocurren. Es cierto que no suelen ser graves, pero no por ello deja de ser necesario investigarlos y tratar de evitarlos.

La mayor parte de las lesiones que se producen son: torceduras, esguinces y distensiones, seguidas de fracturas y contusiones. Sin olvidar las lesiones musculoesqueléticas asociadas a las posturas forzadas y los movimientos repetitivos, como cervicalgias y tendinitis, entre otras.

Tenemos que tener en cuenta ciertas medidas como la canalización de todo el cableado de ordenadores y demás instalaciones eléctricas, mantener las zonas de paso despejadas o indicar mediante señales de advertencia las zonas peligrosas.

A la hora de estar sentados en nuestra silla, es muy importante que está adopte una nueva posición al igual que nuestro cuerpo para no tener sobre carga muscular. Utilizar reposapiés también es muy recomendable para descansar las piernas. Hacer ejercicio físico mientras estamos sentados nos permite mantener un tono muscular adecuado, que ayude a prevenir las alteraciones osteomusculares, y a la vez ayuda a liberar la tensión acumulada durante la jornada de trabajo.

Otros riesgos que tenemos que tener en cuenta son la fatiga visual por el brillo de los ordenadores, los ruidos fuertes y molestos, la calidad del aire y la temperatura de la oficina o despacho y como consecuencia de muchos de estos factores, podemos caer en estrés o fatiga laboral. 

Debemos tener en cuenta que en todos los puestos de trabajo existe, por muy baja que sea, la posibilidad de sufrir riesgos laborales, de ahí la importancia de contar con una empresa que pueda evitarte problemas indicándote las medidas y prevenciones que se deben tener en una empresa para que así, el empresario y los trabajadores estén tranquilos y seguros en sus puestos de trabajo ya que, como consecuencia la productividad será mejor y mayor.